Hoy vamos a presentaros a Lola, su nombre no es real para mantenerse en el anonimato, pero su historia la vamos a redactar tal y como ella nos la cuenta, a lo largo de su testimonio entenderéis el porqué de esta decisión.
Hace más de 7 años empezó a sufrir dolores en las articulaciones, tenía unas temporadas en las que estaba mejor y otras peor. Lola llevaba una vida muy sana, practicaba danza a nivel profesional y por su juventud se interpretaron estos síntomas como un tipo de tendinitis.
Pero un día empezó a notar como se le inflamaban también las articulaciones, manos, pies, esto le llevó a preocuparse, a insistir un poco en querer averiguar que le pasaba, ya no podía ser un tema asociado a la danza. Su médico le realizó una serie de pruebas y el resultado fue positivo en el factor reumatoide y anticuerpos antinucleares, es decir tenía todas las papeletas de padecer artritis reumatoide.
La derivan al reumatólogo el cual le confirma sus temores y con tan solo 27 años le diagnostican la enfermedad.
“Me dicen que es una enfermedad crónica, degenerativa y bastante agresiva que en poco tiempo había avanzado muy rápido y la verdad es que me asusté un poco. Era muy joven para recibir esta noticia, yo era una niña que bailaba y hacía mucho deporte. En esos momentos el mundo se me cae encima.”
Empiezan a hablarle de los tratamientos convencionales que se utilizan con este tipo de enfermedades autoinmunes. La artritis es una enfermedad compleja, sistémica y el tratamiento que le recomiendan alivia los síntomas a costa de deprimir el sistema inmunitario y dejarte un poquito más indefensa, son medicaciones con muchos efectos secundarios que a la larga pueden provocar otra serie de problemas.
“Me plantean tomar corticoides y metotrexate y claro, a mi edad, sabiendo que es una enfermedad crónica degenerativa significaba que iba a necesitar este tratamiento toda la vida.”
El metotrexate es un tratamiento muy fuerte y con el que entre otras cosas, no puedes quedarte embarazada durante el tiempo que te estés tratando.
“Si es una enfermedad degenerativa y crónica que me obliga a empezar con este tipo de medicación tan agresiva con tan solo 27 años… ¿cuáles pueden ser los efectos secundarios a largo plazo de esta medicación? ¿puede tapar los síntomas de la enfermedad pero provocar otros?
“Todas estas preguntas y dudas me llevan a investigar un poco sobre esta enfermedad e informarme sobre otras alternativas, así fue como llegué a un Doctor que además de trabajar en la seguridad social es especialista en tratamiento biológico, en homeopatía y ozonoterapia, todo ello terapias alternativas”
Lola pide cita, este médico le ofrece un tratamiento diferente y:
“….se me abre una pequeña esperanza. Me lo pienso mucho, valoro los pros y los contras, es una decisión difícil sabiendo que la enfermedad había avanzado bastante rápido debido a su agresividad.»
Lola es consciente del poco tiempo que tiene para poder probar terapias alternativas, siendo en su caso tan agresiva la enfermedad. Decide probar sabiendo que los corticoides y el metotrexate siempre van a estar ahí.
“Comienzo el tratamiento combinado con una dieta antiinflamatoria (algo muy importante) y empiezo a plantearme también mis hábitos de vida. Realizo cambios de hábitos en mi vida para así intentar frenar el avance de mi enfermedad sin recurrir a la medicación convencional.”
Las terapias alternativas son tratamientos un poco más lento, más enfocado a largo plazo. Lola sigue yendo a la consulta del reumatólogo dónde periódicamente le controlan el avance de la enfermedad.
“El reumatólogo está convencido de que me estoy tomando los corticoides. Decido mentirle porque el día que le comenté la posibilidad de realizar un tratamiento alternativo con Ozonoterapia y otras terapias alternativas, me dijo que no lo apoyaba.
Mi sorpresa es que a los pocos meses la enfermedad empieza a controlarse, a nivel analítico, el factor reumatoide siempre es positivo porque la enfermedad sigue ahí, pero otro tipo de parámetros, como la velocidad de sedimentación vuelven a sus valores normales. El reumatólogo me dice que ojalá muchos de sus pacientes respondieran igual de bien que yo a el tratamiento. Ahí me mordí la lengua…”
Lola empieza a tener una vida normal, vuelve a conducir, peinarse, cocinar…!!! Rutinas normales en nuestro día a día que ella, debido a la inflamación en las articulaciones de muñecas y pies, no podía realizar.
“Sigo con mi dieta y mi tratamiento de mantenimiento hasta que laboralmente, hace aproximadamente un año, me destinan a Vigo y el estrés del cambio provoca un pequeño brote. En ese momento llego a la Clínica de Ozonoterapia Claro y conozco a José Antonio”
Se le aplica un ciclo de Autohemoterapia que consigue volver a controlar el brote y seguir con su vida normal.
“¿sabéis? He vuelto a bailar!”
Le preguntamos a Lola qué es para ella la Ozonoterapia:
“Una manera diferente de tratar una enfermedad, una manera más enfocada a no hacerle daño al cuerpo, una manera antioxidante de darle al cuerpo una ayuda, un plus bueno, saludable para que el cuerpo vaya haciendo por si mismo lo que tiene que hacer. En resumen: Una manera positiva de conseguir controlar una enfermedad sin efectos secundarios.”
¿qué le dirías a las personas que te leen y que tienen dudas, desconfianza sobre el tratamiento con Ozono?
“Que hay mucha ignorancia al respecto con las medicinas alternativas, que realmente no conviene que se sepa mucho sobre este tipo de terapias porque hay intereses generales y poderosos, es una pena. Es normal que se tenga miedo a lo desconocido, hay tratamientos alternativos aplicados por muy buenos profesionales que están teniendo muy buenos resultados, pero faltan investigaciones porque no hay recursos para realizarlas”
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