Guantes de boxeo

Un boxeador retirado por una hernia discal vuelve a entrenar gracias a la ozonoterapia

Marcelo no puede evitar que su voz tiemble al relatar lo sucedido aquel sábado de hace dos años, uno de los días más tristes de su vida. Como todos los fines de semana, este boxeador portugués de 26 años salió a entrenarse por las montañas de Vila Nova de Cerveira. Le acompañaba su perro, fiel compañero de carreras y batallas. Pero ese sábado todo fue diferente. En medio de su entrenamiento el perro de Marcelo falleció. Se encontraban en la cima de una montaña después de haberla escalado juntos. Desolado y sin saber qué hacer, el boxeador cargó con el animal de 40 kilos a hombros durante 8 kilómetros ladera abajo.

Él en ese momento no lo notó, su cerebro le impedía pensar en eso, pero se había destrozado la espalda por el esfuerzo. A la mañana siguiente el dolor se hizo presente. No era capaz de caminar sin la ayuda de unas muletas. Los médicos le dijeron, tras una primera exploración, que no sufría nada grave. Antiinflamatorios y para casa. Así dos veces. Los radiólogos tampoco detectaron nada anómalo, así que empezó con la fisioterapia porque el dolor persistía.

Después de dos meses en los que sintió una mejoría, llegó otra crisis. La más fuerte hasta ese momento. Mediante un TAC por fin le detectaron una hernia discal que los médicos no se atrevían a operar. Su disco estaba destrozado y golpeaba el nervio ciático, por lo que la cirugía suponía asumir demasiados riesgos. Una mala noticia que vino acompañada de un empeoramiento físico.

Hace tres meses, después de la recomendación de un amigo suyo y ya fisioterapeuta personal, llamó a la Clínica Claro de Ozonoterapia de Vigo para explicar su problema. Después de la primera toma de contacto con el tratamiento Marcelo ya se notó diferente. Los músculos de su espalda se habían relajado y los dolores no eran tan agudos. Continuó su trabajo en la clínica viguesa y a día de hoy, este boxeador de 28 años de Vila Nova, ha dejado las muletas y ha vuelto a enfundarse los guantes de boxeo.

Todavía no está al cien por cien. Compagina las sesiones de ozonoterapia con los ejercicios de rehabilitación que supervisa su amigo fisioterapeuta. “De como estaba antes a como estoy ahora hay una diferencia increíble”, confiesa Marcelo, que ve la vida de otro color: “Quiero volver a trabajar, volver a entrenar y volver a ser yo. No consigo imaginarme sin hacer todo eso, sin regresar al cien por cien”.

Tras saltar de médico en médico y de fisioterapeuta en fisioterapeuta, Marcelo encontró ayuda para su hernia de disco en la ozonoterapia. El portugués desconocía completamente este tipo de tratamiento antes de convertirse en paciente de la Clínica Claro. Ahora lo recomienda a otras personas con lesiones como la suya. A medida que desaparecen los dolores, aquel horrible sábado de hace dos años se percibe más lejano cada día.

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