El ozono es un gran aliado en nuestra lucha contra las bacterias multirresistentes (también llamadas oportunistas), adquiridas principalmente en los hospitales y difíciles de vencer.
Hoy en el blog de Clínica Claro os vamos a contar una historia: paciente que ingresa en el hospital durante unos días y adquiere una infección. ¿Os suena? Muchos de nosotros tenemos algún amigo, familiar o conocido que ha pasado por esta experiencia. Es algo muy peligroso, que puede traer consecuencias irreversibles para nuestra salud, hasta el punto de hacerse crónicas y debilitar nuestro sistema inmune de manera progresiva.
¿Por qué se produce esto?
Los mal llamados “virus de hospital” son realmente bacterias que han ganado resistencias a los antibióticos por un uso excesivo de estos. Por lo general, en los centros médicos convivimos con multitud de estos fármacos, que acaban produciendo una especie de “selección natural” entre las bacterias que pululan por el ambiente. Así aparecen las bacterias multi-resistentes.
Ante cualquier infección, nuestro sistema inmune es la principal línea de defensa. Cuando esta falla o es insuficiente, empleamos los antibióticos que vienen a ayudarlo.
Los gérmenes oportunistas, son mucho más débiles para nuestro organismo que una bacteria normal, pero mucho más difíciles de alcanzar por los antibióticos y de vencer por nuestro organismo. Con menor potencia, tienen una mayor posibilidad de esconderse.
Imaginaos que las bacterias atacasen como martillos en nuestro organismo. Las multi-resistentes serían las que golpean con menos fuerza, sin éxito en sistemas inmunes óptimos; esta situación cambia cuando nuestras defensas están bajas tras una enfermedad, un proceso operatorio, etc. En esta situación pueden entrar en nuestro organismo y, una vez introducidas, destruirlas es una misión muy complicada que se puede prolongar en el tiempo.
¿Qué nos pueden llegar a producir?
Si no se atacan a tiempo, estas bacterias pueden llegar a producirnos la muerte. Así de simple. Cuando una infección oportunista hace mella en nuestro organismo, poco a poco va minándolo, y nuestro estado general empeora.
Un ingreso hospitalario por un proceso agudo o una operación, suponen una sobrecarga fisiológica que debilita nuestro organismo. Además, nos vemos alejados de nuestro entorno y nos sentimos desamparados y vulnerables, lo que contribuye a debilitarnos todavía más. En situaciones graves con ingreso en la UVI, los procesos de recuperación suele llegar a dilatarse a un año y, en función de la edad del paciente, puede no llegar a sobreponerse por completo.
Esta debilidad es el principal problema a combatir, ya que la “baja forma” de nuestro sistema inmune supone la “oportunidad» perfecta para los gérmenes oportunistas, y así podremos vernos afectados por una segunda infección.
¿Qué puede hacer el ozono para superarlas?
Lo principal, darnos el aporte necesario para hacerlo, la energía necesaria para adquirir capacidad inmune y, por tanto, acelerar la recuperación fisiológica. ¿Recordáis que decíamos que solo los antibióticos no bastaban para vencerlas? Pues a eso nos referimos cuando hablamos de la ayuda de la ozonoterapia en las infecciones, entrena nuestro sistema inmune. Lo hace porque tiene un poder antioxidante enorme, que permite elevar nuestro estado fisiológico, ponerlo en su estado natural y darle las fuerzas que necesitaba para atacar la infección de frente.
El ozono y los antibióticos son totalmente compatibles, y juntos forman un arma muy poderoso para eliminar esos procesos infecciosos. Nuestro organismo vuelve a sentirse fuerte, y los procesos de recuperación que creíamos que nos llevarían años, o que podrían ser para toda la vida, pueden acortarse de manera exponencial. Con el ozono ganamos en acción y, sobre todo, en capacidad de reacción, gracias a su aplicación por vía sanguínea o rectal.
El ozono es un gran aliado en estos procesos, y en Clínica Claro tenemos la solución. Pídenos cita y te daremos toda la información que necesites de manera detallada.
